Lo que los escaños esconden
La ley electoral vigente en España es, al igual que otros sistemas, imperfecta en tanto en cuanto esconde muchas realidades debajo de la alfombra en aras de una supuesta proporcionalidad.
Por encima de otras cosas, podemos hablar de lo que los escaños esconden y cómo el sistema hace que las composiciones parlamentarias no reflejen fielmente la realidad de las urnas. Un ejemplo claro es lo que los escaños han escondido en las recientes elecciones catalanas, dejando algunos temas que merece la pena analizar.
(Nota importante, soy plenamente consciente de que no se pueden extrapolar directamente los datos de unas elecciones autonómicas a unas generales, pero algo de idea si que nos pueden dar, así que me tomo la libertad de hacerlo).
(Segunda nota importante, muchos no me conocéis y no sabéis por tanto de mi afición por el excel, los datos y la tortura estadística a la que se puede someter cualquier número. Pero si, soy así, que le vamos a hacer. Por ello, los números que veréis más abajo están basados en cálculos propios, con la consiguiente posibilidad de error u omisión, en todo caso no intencionado).
Analicemos algunos de los mensajes grandilocuentes que nos sueltan a lomos del reparto de escaños:
El independentismo ha muerto. En julio de 2023, la suma de ERC, Junts, CUP y PdCat fue respaldada por un 28% de los sufragios válidos; en mayo de 2024, dicha suma (sacando al no presentado PdCat e introduciendo a Aliança) ha obtenido un 45%, no tan lejos del 51% obtenido en 2021. Si acaso podemos hablar del pírrico 41% obtenido en Barcelona, verdadera clave del asunto, porque en Lérida y Gerona el respaldo es abrumador, con más de un 60% en ambos casos y con una orientación meridiana hacia la derecha. El enfermo no está muerto, ha perdido algo de sangre pero puede perfectamente recuperarse de las heridas.
Cataluña es progresista. En julio de 2023, la suma de PSC, Sumar, ERC y la CUP obtuvo un 65% del voto válido; en mayo de 2024 esa suma se ha quedado en un 54%, por debajo también del 58% obtenido en 2021. El PSC gana casi 5 puntos respecto a 2021, pero se deja otros 5 respecto a julio de 2023. No existe tanto respaldo a las políticas de supuesta convivencia como nos quieren hacer ver; y no, Junts no forma parte de ningún bloque progresista, ni mayoría social, ni está en aquel lado del muro, no nos hagan comulgar con ruedas de molino.
El centroderecha nacional ha logrado unos grandes resultados. Bueno, si comparamos con 2021 y hacemos como que aquel año tampoco existía C’s, puede colar el asunto; pero en realidad es falso. La suma de PP y C’s en 2021 obtuvo un respaldo algo superior al 9%; este año ha sido un 11%. Mejor, por supuesto, pero tampoco nada digno de lanzar las campanas al vuelo. Y si miramos al 2023, el PP se deja 2 puntos, con buenos batacazos en las provincias que miran a la derecha, en las que se sigue mirando a la derecha pero se opta por la derecha independentista. Menos celebrar y más trabajar debería ser el mensaje desde Génova.
El fugado es un cadáver político. Bueno, un punto más que en 2021 y 10 puntos más que en las generales, poco más análisis que hacer. Me puedo equivocar, ojalá, pero creo que este muerto está muy vivo.
La derecha nacional tiene como objetivo derrocar al gobierno. Soy un firme convencido de que la razón de ser de algunos no es otra que tener algo a lo que oponerse, es su sitio natural y aunque lo escondan en sus mensajes, no pueden evitarlo en su fuero interno; al igual que pienso que otros están relativamente cómodos donde están, porque hay mucho toro al que hacer frente y el riesgo de salir corneado es alto. En las generales de 2023, PP y Vox obtuvieron 8 escaños (6+2); si nos llevamos sus resultados de 2024 a una extrapolación pura al escenario nacional (repito, sé que no es correcto pero si ilustrativo) se quedarían en 7 (5+2). Sin embargo, y aquí viene la magia de la ley electoral, si unieran fuerzas los resultados de estos comicios extrapolados a lo nacional les hubieran otorgado 11 representantes; sin necesidad de extrapolar, sus resultados conjuntos de 2023 les hubiesen dado 12….¿Esconden los números que pueden más los egos y la querencia por los asientos que el supuesto interés general? ¿Es esta una pregunta retórica?
El espacio a la izquierda del PSOE sigue existiendo. Golpe a golpe, verso a verso escribió Macado; no han hecho falta los versos, solamente los golpes, para que lo que un día fue ese espacio haya sido asolado y reducido a futuras cenizas. El guantazo es tremendo, perdiendo un punto respecto a 2021 pero más de ocho respecto a 2023. Eso si, otra vez los escaños lo esconden casi todo, han perdido dos asientos en el Palau, pero si extrapolamos hubiesen perdido cinco en Madrid, obtenido representación tan solo en Barcelona y dejado tiritando al bloque del muro. La cuesta abajo parece no tener freno, tras haberse visto devorados por BNG y Bildu primero, y por el PSC después. Paradójicamente, su hundimiento es lo que puede mantenerles en el gobierno, mientras no esté asegurada su completa y deseada fagocitación es improbable que se corra el riesgo de ir a unos comicios con un pronóstico tan incierto.
En fin, que todo es verdad o todo es mentira, es posible que quien sabe o depende de según, puede ser incluso que ni si ni no sino todo lo contrario.