Comentarios y anonimato
Que no pase un día sin que des tu opinión de mierda - Los Punsetes
Soy un consumidor habitual de prensa; suelo leer un diario y ojear (lo que se puede sin estar suscrito) otros, de diversos pelajes y cataduras en la búsqueda de diferentes puntos de vista y formas de pensar. Lo hago desde el móvil, los tiempos obligan, aunque el recuerdo de mi padre viniendo a casa con la prensa y verle devorar El Mundo mientras el chaval, o sea yo, hacía lo propio con el Marca mientras tomábamos un aperitivo, me produce cierta nostalgia.
Precisamente el hacerlo desde el móvil me permite, de vez en cuando lanzarme con la nariz tapada a ese agujero negro que hace diferente la prensa online, el pozo de los comentarios. Lo hago especialmente en aquellas noticias sobre las que tengo entre poca y ninguna idea, pensando que a lo mejor encuentro algo interesante que complemente lo leído. Pero lamentablemente lo que se suele encontrar es ponzoña pura, gente opinando sin tener ni puñetera idea del tema, y por supuesto, gente echando a Julio Cesar la culpa de la Primera Guerra Mundial, entiéndase el paralelismo exagerado y tráigase a la actualidad.
Ayer me puse a leer una crónica sobre ese fenómeno de masas que ha pasado por Madrid estos días, y como es un tema del que no tengo ni idea, pues pasé por los comentarios. En buena hora…….
No he ido al concierto de Taylor Swift, así que no pienso juzgarlo. ¿Por qué tantas personas que manifiestan abiertamente no haber ido se atreven a opinar sobre el mismo? ¿Por qué no dejar en paz a la gente a la cual le ha apetecido ir y simplemente ha pasado un buen rato disfrutando de algo que le gusta? ¿Por qué escribir cosas tan estúpidas como que si las niñas o las adolescentes se dedican a ir a estos espectáculos es que no hay futuro ninguno en este país y no va a haber quien cotice para nuestras pensiones? ¿Qué leches te importa lo que hayan pagado por la entrada, acaso lo han hecho con tu dinero? Miren, es lícito asistir al concierto, porque los asistentes no tienen la culpa de las molestias generadas por el ruido y/o por el montaje; si no quieres ir, no vayas, nadie te obliga. Deja en paz a quienes han querido ir.
Ni pienso que esté en disposición de abordar la polémica sobre las molestias generadas a los vecinos, por algo tan simple como que no vivo en la zona; sin embargo tengo la opinión de primerísima mano de una persona que si que vive a escasos cincuenta metros del estadio, lo cual me lleva a empatizar con los vecinos, pensar que el tema es bastante insoportable y que debería ser obligado el poner una solución cuanto antes. De ahí a ponerme a escribir en un foro que si Almeida y Pérez representan a la ultraderecha del fango o estupideces tales como que se jodan por haber comprado una casa ahí que solamente es para ricos o pues el que no le guste que se vaya a vivir a otro lado….Joder, ¿nos hemos vuelto locos todos? Es absolutamente legítimo que los vecinos protesten y acudan a las instancias que crean oportunas, si no estás afectado no te metas en el tema si no es de forma constructiva. Recuerda que es mejor permanecer callado y parecer idiota que abrir la boca y demostrarlo.
Tampoco pienso opinar sobre su música, por el simple hecho de que no la conozco. Pero, pese a no conocerla, ¿por qué no valorar a una persona capaz de escribir y componer? Componer es uno de esos talentos que me gustaría tener y no tengo, por lo que pienso que cualquiera que sea capaz de ello es absolutamente respetable, te guste más o menos lo que hace. Pero poner a alguien a parir sin conocer su obra y siendo uno mismo incapaz de escribir una nota, con el cansino soniquete de lo de antes era música, ahora todo es una mierda, es simplemente lo más parecido a ser imbécil perdido. Esos que sueltan tamaña estupidez, también fueron pequeños y eso que escuchaban también a sus mayores les pareció insoportable, pero les (nos) dejaron en paz. Por supuesto, creo que es totalmente admirable que esta chica trabaje de la manera que lo hace y haga disfrutar a tanta gente, si no te gusta (o eso crees pese a no haberla escuchado) es tan sencillo como no escuchar su música, pero deja a los demás que si que lo hagan. (Déjese el reggaeton aparte de todo lo dicho, reconozco que por ahí se resquebraja por completo mi nivel de tolerancia).
Ni siquiera opinaré sobre la calidad del sonido del Bernabeu ese día, por la simple razón de que no estuve; sin embargo, podría hablar de dicha calidad en otro concierto celebrado en el mismo lugar porque en esa ocasión estaba presente. Y, por supuesto, al menos aquel día la cosa salió de aquella manera, y parece un problema de compleja solución por la construcción del estadio, según me ha explicado gente que sabe del tema y no cuñaos. Pero hombre, que alguien lea por ahí “problemas de sonido” y transforme eso en una perorata futbolística amparada en que el sonido del Metropolitano es cojonudo y eso derive en desear el derrumbe del estadio del rival futbolístico, me parece, por decirlo suavemente, estúpido.
¿Por qué no somos todos un poquito más normales? ¿Por qué no hablar solamente de lo que tenemos idea y aprender de aquello de lo que no? ¿Por qué no descargar frustraciones de otra manera?
Qué fácil sería todo si volviésemos al periódico de papel; pero como eso no es posible, ¿y si en ese tipo de foros o en redes sociales como X hubiese que registrarse con nombre y DNI? Seguro que acabar con el anonimato reduciría considerablemente el nivel de basura que se vierte.