¡Bienvenido compañero!
Hoy estamos de enhorabuena.
Madrid cuenta con un nuevo empresario.
Madrid cuenta con un nuevo generador de empleo.
Madrid cuenta con un nuevo defensor de la economía de mercado.
Madrid cuenta con un nuevo hostelero que peleará por la libertad horaria.
Madrid cuenta con un nuevo establecimiento que amplía su enorme oferta.
Madrid cuenta con alguien más dispuesto a luchar por la iniciativa privada.
Madrid cuenta con otra persona que intentará generar beneficio propio de forma lícita, a la vez que genera beneficio colectivo.
Madrid cuenta con alguien más que, si las cosas le van bien, podrá reinvertir y seguir contribuyendo desde la inversión privada al buen funcionamiento colectivo.
En realidad, donde digo Madrid podría decir España, al fin y al cabo esta si que es una Comunidad Autónoma que pretende seguir siendo solidaria con el resto pese a las acusaciones de competencia desleal vertidas por el hecho de negarse a ser un lugar confiscatorio.
¿Y saben lo mejor de todo? Que nos ahorraremos muchas de las cantinelas habituales: no tendremos que escuchar que el empresario es un explotador fascista, ni siquiera nos martillearán con que sus beneficios con inmorales e insolidarios y deben ser confiscados, incluso es posible que no tengamos que oír que tiene que cerrar sus puertas a la hora que a algunos les salga de la nariz, puede que si le da por donar parte de su patrimonio a la sanidad no sea acusado de insolidario por considerarse dicha donación insuficiente para los baremos de los inquisidores. A lo mejor, aunque es demasiado extremo, puede que oigamos hablar del valor del esfuerzo. O quizás algún día llegue a generar cien mil empleos directos y a repartir a todos y cada uno de esos cien mil una paga extra de forma voluntaria como reconocimiento a su decisiva contribución en la generación de unos resultados récord.
Aunque también es posible que las cosas vayan mal, a muchos empresarios les ha pasado, les pasa y, desgraciadamente, les seguirá pasando. Esperemos que en ese momento, los empleados sean tratados justamente y no como ha ocurrido en el pasado en otros negocios hosteleros regentados por solidarios de boquilla y salón.
En resumen, esperemos que te vaya bonito. Confiemos en que, aunque sea complejo, esto te salga tan bien como el cambio de barrio y de tipo de vivienda; al fin y al cabo, aquello solamente te favoreció a ti, esto puede favorecer a muchos y hacer entender a otros cuantos que todo aquel que se atreve a contribuir merece los mejores deseos de prosperidad y no la inquina que genera la envidia.